sábado, 13 de diciembre de 2014

Texto del Antiguo Guayaquil

En pleno corazón de Guayaquil se junta el pasado y el presente, a través de sus parques, edificios y museos. Recorrer el centro de Guayaquil no es sólo contemplar el movimiento bancario y comercial que se genera en cada esquina de esta calurosa ciudad portuaria. Al caminar por sus calles, saludar y conversar con su gente, y ver la informalidad con la que se desenvuelven, uno va conociendo parte de la identidad e historia de esta urbe.
En pleno corazón de Guayaquil se junta el pasado y el presente, a través de sus parques, edificios y museos. Recorrer el centro de Guayaquil no es sólo contemplar el movimiento bancario y comercial que se genera en cada esquina de esta calurosa ciudad portuaria. Al caminar por sus calles, saludar y conversar con su gente, y ver la informalidad con la que se desenvuelven, uno va conociendo parte de la identidad e historia de esta urbe.
Casas de madera y mangle construidas a comienzos del siglo pasado, en medio de imponentes edificios de concreto, reflejan cómo esta ciudad creció sin desprenderse de un sitio al que los habitantes avizoraban un desarrollo al pie del Guayas.
Precisamente el malecón de la ciudad guarda detalles de ese pasado y presente. La Plaza Cívica, en donde está plasmado el encuentro histórico entre los libertadores de Sudamérica: Simón Bolívar y San Martín; la Torre del Reloj o Morisca; la Plaza Olmedo; y las escalinatas del antiguo malecón, forman parte de ese pasado del viejo malecón en medio de la modernidad.


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